
Museo Virtual
¡Bienvenido! El Museo Digital de Acolhuacan surge como un espacio innovador donde el arte y la tecnología se entrelazan para devolver la voz y la presencia a una de las culturas más influyentes del Anáhuac. A través de la reconstrucción tridimensional de piezas y objetos prehispánicos, este museo permite que la memoria de los acolhuas de Texcoco trascienda las barreras del tiempo y el espacio.
Cada objeto virtual ha sido recreado con rigor histórico y sensibilidad artística, ofreciendo no solo un archivo digital, sino también una experiencia inmersiva que invita a contemplar la grandeza estética, simbólica y espiritual de un pueblo cuya huella permanece viva. La tridimensionalidad permite al visitante explorar en detalle las formas, colores y texturas de piezas que, en muchos casos, están dispersas, fragmentadas o resguardadas en protección de privados.
Este museo no solo muestra objetos, sino que reconstruye contextos y narrativas. La fusión entre arte digital y arqueología virtual convierte cada pieza en un puente entre pasado y presente, en un acto de resistencia cultural frente al olvido. De esta manera, el Museo Digital de Acolhuacan se erige como un espacio de encuentro, aprendizaje y orgullo identitario, en el que las futuras generaciones podrán redescubrir y resignificar su herencia prehispánica.
Nuestro propósito es reconstruir y reivindicar el legado de los acolhuas, reconectando a los texcocanos con el glorioso pasado de las tierras que caminan todos los días; cuyos aportes en filosofía, ingeniería hidráulica, poesía y política fueron esenciales para el esplendor de Mesoamérica, pero que con frecuencia han sido relegados al olvido en la historia oficial.
En las montañas y pueblos del Acolhuacan, la sangre y descendientes de los que conformaron el Acolhuacan aún laten en sus corazones; en los pueblos de Acolman, Amanalco, Atenco, Chiautla, Chiautzingo, Chiconcuac, Chimalpa, Chpiltepec, Coapango, Coatlinchan, Huitzilhuacan, Huexotla, Ixayoc, Ixtapan, Jolalpan, Monte, Nepantla, Nexquipayac, Opopulco, Panoaya, Tecuanulco, Tepexpan, Tepetitla, Tepetitlan, Tepetlaoxtoc, Tequexquinahuac, Tequisistlan, Tezoyuca, Tlaixpan, Tlaltehuacan, Tocuila, Totolapan, Xochimanca, Xocotlan, Xometla, Zapotlan.
Si tienes alguna pieza que te gustaría compartir de manera anónima para el museo, ¡No dudes en contactarnos!: acolmitzinometeotl@gmail.com
Xihucoatl - Templo Mayor

1. Identificación
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Nombre: Xiuhcóatl (Serpiente de Fuego)
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Cultura: Acolhua (Texcoco, Posclásico Tardío, ca. 1430–1521 d.C.)
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Material: Piedra volcánica
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Técnica: Escultura monolítica en alto relieve
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Dimensiones: 77 cm de alto x 60 cm de ancho (aprox.)
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Ubicación actual: British Museum, Londres (número de inventario Am1825,1210.1)
2. Descripción formal
Escultura en piedra que representa una serpiente de fuego (Xiuhcóatl):
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Cabeza de reptil estilizada, con fauces abiertas y colmillos curvados.
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Cuerpo segmentado en ángulos geométricos.
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Cola terminada en el signo xihuitl (fuego/año), compuesto por triángulo y trapecios entrelazados.
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Conserva un notable equilibrio entre lo naturalista y lo abstracto, propio del estilo acolhua.
3. Contexto cultural
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Atribuida a Texcoco, según el registro temprano de Guillermo Dupaix (ca. 1805).
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Fue recolectada por William Bullock en México (1823), llevada a Londres y exhibida en el Egyptian Hall de Piccadilly (1824–1825). Posteriormente adquirida por el British Museum, donde permanece hasta hoy.
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Se desconoce la ubicación exacta de extracción, aunque se asocia al recinto ceremonial de Texcoco, posiblemente al Templo Mayor o a un juego de pelota.
4. Función probable
Existen dos hipótesis principales:
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Elemento arquitectónico: parte de la fachada o flanco de una escalinata en el Templo Mayor de Texcoco.
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Decorado de juego de pelota: posible ornamento vinculado al espacio ritual de combate y sacrificio.
Ambas hipótesis refuerzan su rol como símbolo solar y guerrero.
5. Simbolismo
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Xiuhcóatl: arma de Huitzilopochtli, símbolo del sol, el rayo y el poder militar.
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Signo xihuitl en la cola: representa el año solar y la energía ígnea.
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Dinamismo formal: evoca el movimiento descendente del rayo, fuerza celeste que conecta cielo y tierra.
La pieza demuestra la maestría técnica de los escultores acolhuas, cuyo estilo rivalizó en monumentalidad con el de Tenochtitlan.
6. Referencias bibliográficas
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British Museum. (1825/2023). Stone figure of Xiuhcoatl (Am1825,1210.1). Departamento de África, Oceanía y las Américas. Londres.
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McEwan, C. (2009). Turquoise diadems and feathered serpents: the ceremonial regalia of the Aztec royal court. London: British Museum Press.
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Dupaix, G. (1805). Antigüedades mexicanas. Manuscritos.
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Bullock, W. (1824). Catalogue of the exhibition of the Ancient and Modern Mexico collection. Egyptian Hall, Londres.
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Pomar, J. B. (1582/1891). Relación de Texcoco. México: Joaquín García Icazbalceta.
Sello Acolhua

1. Identificación
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Nombre: Sello de barro con motivo geométrico acolhua
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Cultura: Probablemente Acolhua (Texcoco, Posclásico Tardío, ca. 1430–1521 d.C.)
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Material: Barro cocido
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Técnica: Moldeado y tallado en bajo relieve
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Estado de conservación: Fragmentado (tres secciones identificables)
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Dimensiones: Aprox. 3 cm de ancho (escala comparativa: moneda de $10 MXN)
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Procedencia: Hallazgo fortuito en la zona central de Texcoco
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Ubicación actual: Colección particular (resguardo familiar en Texcoco)
2. Descripción formal
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Fragmento de sello prehispánico
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El diseño principal está formado por un rombo central en relieve, del cual emergen dos niveles adicionales de la misma forma extruida, generando una secuencia concéntrica de tres rombos escalonados.
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De las cuatro esquinas del rombo externo surgen cuatro extremidades o apéndices, alternadas en dos tipos morfológicos:
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Extremidades perforadas: presentan tres orificios circulares dispuestos linealmente.
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Extremidades acanaladas: compuestas por un canal en ángulo recto (90°) que realiza dos giros, culminando en una forma triangular o punta.
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La composición general es simétrica y dinámica, denotando conocimiento técnico y una intención simbólica ordenada en torno a un eje axial central.
3. Contexto cultural
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Los sellos de barro fueron ampliamente utilizados en el Altiplano Central, tanto para decorar textiles y cuerpos como para marcar objetos cerámicos y ofrendas rituales.
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En el contexto texcocano, los patrones geométricos como el rombo concéntrico y los canales direccionales evocan conceptos del orden cósmico y la interconexión de los cuatro rumbos del universo (Nahui Ollin).
4. Función probable
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Instrumento de estampa o sello personal usado para marcar pigmentos sobre tejidos, piel o arcilla húmeda.
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Elemento simbólico con valor ritual o de identidad, quizás asociado a un linaje o escuela artesanal acolhua.
5. Simbolismo
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Rombo central: eje de equilibrio entre los cuatro rumbos, representación del centro cósmico (ombligo del mundo).
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Estructura concéntrica: alude al movimiento expansivo de la energía desde el centro hacia los extremos, principio vital en la filosofía tolteca-acolhua.
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Extremidades perforadas y acanaladas: símbolos duales —una de aire y comunicación (canales), otra de tierra y estructura (perforaciones)— reflejando el balance de fuerzas complementarias.
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Forma fragmentada: metáfora de la historia acolhua interrumpida, un símbolo que, al igual que su pueblo, resiste el paso del tiempo buscando ser reconstruido.
6. Historia de colección
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Descubierto en Texcoco por los hermanos Ojeda Garay, este sello inspiró el símbolo principal del proyecto Acolhuacan.
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Su hallazgo marcó el inicio de una búsqueda por reconstruir la memoria fragmentada del valle oriental del Anáhuac.
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De su diseño geométrico derivó el emblema visual del proyecto, reinterpretado digitalmente en piedra y hiedra, simbolizando la unión entre pasado, naturaleza y tecnología.
7. Nota Personal
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Este sello fue la semilla que dio origen al proyecto. Cuando lo sostuve entre mis manos, mi imaginación comenzó a volar.
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¿Quién había hecho este sello? ¿Qué representaba? ¿Cómo lo habían perdido?
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En este pequeño fragmento, un mundo de historias empezó a desarrollarse, y entre más indagaba, menos respuestas encontraba.
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Así que me di a la tarea de darle un significado, de rescatar este diminuto vestigio de historia —de menos de tres centímetros— y reconectar con nuestro pasado.
8. Referencias comparativas
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Nicholson, H. B. (1971). Pre-Columbian Stamp Seals from Central Mexico. American Antiquity, Vol. 36(3).
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García Payón, J. (1979). Arqueología de Texcoco. UNAM/INAH.
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Pomar, J. B. (1582/1891). Relación de Texcoco. México: García Icazbalceta.
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Caso, A. (1967). El pueblo del sol. México: FCE.
Fragmento bajo relieve - Templo Mayor

1. Identificación
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Nombre: Fragmento monolítico en bajo relieve
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Cultura: Acolhua (Texcoco, Posclásico Tardío, ca. 1430–1521 d.C.)
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Material: Andesita tallada
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Técnica: Escultura en bajo relieve
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Dimensiones: [por registrar]
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Ubicación actual: Museo Nacional de Antropología, Ciudad de México (Sala Mexica, pieza proveniente de Texcoco)
2. Descripción formal
Monumental fragmento de piedra con relieves que representan:
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Un brazo humano con brazalete y palma extendida.
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Motivos geométricos circulares al centro, posiblemente escudo, disco solar o símbolo calendárico.
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Ornamentación textil y atributos rituales que sugieren relación con un contexto ceremonial o guerrero.
El estado de conservación es incompleto: corresponde a una porción de una escultura mayor, de la cual se perdió la mayor parte.
3. Contexto cultural
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Procede del cerro de La Simona/Cuate, en Texcoco, lugar identificado en la tradición local como parte del recinto ceremonial principal de la ciudad (equivalente al Templo Mayor).
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El complejo fue devastado durante los siglos XIX–XX al ser explotado como banco de materiales para construcción.
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Solo subsiste el mirador de Texcoco, actualmente de propiedad privada, mientras la mayoría de los elementos arquitectónicos desaparecieron.
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La pieza fue rescatada en 1833 y posteriormente integrada al acervo nacional, exhibida en la Sala Mexica del MNA, aunque su origen es acolhua.
4. Función probable
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Elemento arquitectónico-ritual perteneciente a un relieve mayor en el Templo Mayor de Texcoco.
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Su iconografía (escudo o disco solar y brazo humano) sugiere una connotación militar y cósmica, probablemente vinculada al poder dinástico y al orden calendárico.
5. Simbolismo
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Círculo central: representación del tiempo, el sol o un atributo calendárico.
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Brazo extendido: gesto de ofrenda, combate o autoridad ritual.
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Atuendos y ornamentos: refuerzan la sacralidad del espacio ceremonial de Texcoco y su paralelo con los grandes centros del Anáhuac.
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6. Referencias bibliográficas
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Coronel Sánchez, G. (2005). La ciudad prehispánica de Texcoco a finales del Posclásico Tardío (Tesis de licenciatura). ENAH.
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Martínez, J. L. (1972). Nezahualcóyotl: vida y obra. México: FCE.
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Pomar, J. B. (1582/1891). Relación de Texcoco. México: Joaquín García Icazbalceta.
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Orozco y Berra, M. (1880). Historia antigua y de la conquista de México, Tomo V. México: Imprenta de J. M. Andrade y F. Escalante.
Aro Juego de Pelota Texcoco

1. Identificación
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Nombre: Aro de juego de pelota
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Cultura: Acolhua (Texcoco, Posclásico Tardío, ca. 1430–1521 d.C.)
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Material: Andesita tallada
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Técnica: Escultura monolítica en bajo relieve
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Dimensiones: [por registrar]
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Ubicación actual: Museo Nacional de Antropología, Ciudad de México (Sala Mexica, en exhibición junto a otros aros de juego de pelota; pieza proveniente de Texcoco)
2. Descripción formal
Monolito circular con perforación central que funcionaba como aro del juego de pelota ritual.
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Composición:
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En torno al orificio central se representa a un guerrero o sacerdote en posición dinámica, con el cuerpo de perfil y el rostro frontalizado.
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Indumentaria:
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Porta penacho de plumas con banda frontal.
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Viste pectoral de cuentas y brazaletes decorados.
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En la cintura lleva faldellín y en los pies sandalias anudadas.
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Atributos de combate y ritual:
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En la mano derecha sostiene un cetro o bastón, posiblemente un atlatl (lanzadardos) o un cetro ceremonial.
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En la izquierda porta un objeto que recuerda un cuchillo de pedernal (tecpatl), símbolo de sacrificio.
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Frente al personaje se aprecia un escudo circular, que enmarca el orificio central del aro, relacionando directamente el combate ritual con el juego de pelota.
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Escena secundaria:
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Bajo el brazo derecho se distingue un segundo rostro humano, posiblemente el de un cautivo o guerrero vencido, reforzando la asociación del juego con el sacrificio y la guerra florida.
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3. Contexto cultural
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Este aro proviene del centro de Texcoco, específicamente de la zona de la parroquia de San Antonio de Padua.
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El juego de pelota tenía una gran carga simbólica en la cosmovisión nahua, pues representaba el combate cósmico entre el día y la noche, la vida y la muerte.
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Su hallazgo refuerza la importancia ceremonial del Texcoco prehispánico, donde los espacios de pelota formaban parte del urbanismo sagrado junto a templos y palacios.
4. Función probable
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Elemento arquitectónico-ritual del juego de pelota texcocano, por donde debía pasar la pelota de hule.
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Su posición en el recinto indicaba la centralidad del deporte ritual como acto de ofrenda y combate sagrado.
5. Simbolismo
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El círculo: representación del ciclo solar y de los ritmos cósmicos.
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El combate ritual del juego: metáfora de la lucha entre fuerzas opuestas que mantienen el equilibrio del universo.
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El relieve figurativo: posible alusión a guerreros, sacerdotes o divinidades vinculadas al rito del juego.
6. Historia de colección
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El aro fue sustraído de Texcoco a finales del siglo XIX o inicios del XX y trasladado al Museo Nacional de Antropología.
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Actualmente se exhibe en la Sala Mexica, sin indicativo sobre su origen texcocano ni información contextual.
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Su procedencia fue reconocida nuevamente en 2023 gracias al trabajo de Ernesto Sánchez y la plataforma “Texcoco en el tiempo”, que identificó la pieza mediante fotografías históricas (1896, 1927) y su comparación con el ejemplar expuesto.
7. Referencias bibliográficas
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Sánchez, E. (2023). Publicación en Texcoco en el tiempo [Facebook].
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Museo Nacional de Antropología (catálogo de exhibición).
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Coronel Sánchez, G. (2005). La ciudad prehispánica de Texcoco a finales del Posclásico Tardío (Tesis de licenciatura). ENAH.
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Pomar, J. B. (1582/1891). Relación de Texcoco. México: Joaquín García Icazbalceta.
Caño mono - Tezcutzingo

1. Identificación
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Nombre: Caño en forma de cabeza de mono (Ozomatli)
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Cultura: Acolhua (Texcoco, Posclásico Tardío, 1431–1521 d.C.)
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Material: Andesita tallada
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Técnica: Escultura monolítica; vaciado funcional para conducción de agua
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Dimensiones: [por registrar]
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Ubicación actual: Museo Nacional de Antropología, Ciudad de México (Sala Mexica, pieza proveniente de Tezcotzinco, Texcoco)
2. Descripción formal
Escultura en piedra que representa una cabeza de mono con expresión abierta, ojos circulares y lengua proyectada.
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Los detalles incluyen orejeras circulares y líneas estilizadas en la parte lateral, típicas de la iconografía nahua.
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La boca sirve como conducto de agua, indicando su función como caño decorativo dentro del sistema hidráulico del Tezcotzinco.
3. Contexto cultural
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El Tezcotzinco fue el jardín real de Nezahualcóyotl, célebre por su compleja red de acueductos, terrazas y fuentes.
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Entre sus elementos arquitectónicos se incluían caños esculpidos con formas zoomorfas, que no solo cumplían función hidráulica, sino también simbólica y ornamental.
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El mono (Ozomatli), día 11 del calendario nahua, estaba vinculado a la música, danza y fertilidad, cualidades asociadas al fluir del agua y a la vitalidad del paisaje sagrado.
4. Función probable
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Elemento arquitectónico hidráulico: servía como salida de agua en el sistema de canales y terrazas del Tezcotzinco.
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Función ritual y estética: reforzaba el carácter sagrado del lugar, donde el agua era considerada don de los dioses, integrando simbolismo calendárico (Ozomatli) y cosmogónico.
5. Simbolismo
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Mono (Ozomatli): asociado a la música, el arte y la alegría, elementos de fertilidad y renovación.
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Agua que fluía por su boca: metáfora del don divino y del ciclo vital, en el que la risa, el juego y la abundancia eran parte del orden natural.
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Orejeras circulares: símbolo de nobleza y sacralidad, que refuerza el carácter ceremonial del objeto.
6. Referencias bibliográficas
-
Coronel Sánchez, G. (2005). La ciudad prehispánica de Texcoco a finales del Posclásico Tardío (Tesis de licenciatura). ENAH.
-
Orozco y Berra, M. (1880). Historia antigua y de la conquista de México, Tomo V. México: Imprenta de J. M. Andrade y F. Escalante.
-
Sahagún, B. de (1577/1982). Historia general de las cosas de la Nueva España. México: CONACULTA.
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Lesbre, P. (2002). Los fuegos del palacio real de Tetzcoco (Mapa Quinatzin).
Mono de obsidiana

1. Identificación
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Nombre: Vasija de obsidiana en forma de mono (Ozomatli)
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Cultura: Acolhua (Texcoco, Posclásico Tardío, ca. 1430–1521 d.C.)
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Material: Obsidiana negra pulida
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Técnica: Escultura y vaciado monolítico; alto nivel de pulido en superficie
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Dimensiones: 28 cm de alto x 22 cm de diámetro (aprox.)
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Ubicación actual: Museo Nacional de Antropología, Ciudad de México (Sala Mexica, pieza procedente de Texcoco)
2. Descripción formal
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Vasija monolítica en forma de mono en cuclillas, cuyas extremidades superiores se elevan hasta formar las asas del recipiente.
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El rostro, tallado con realismo, conserva detalles faciales que contrastan con el acabado brillante de la obsidiana.
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La pieza presenta una cavidad interna que indica su función como recipiente ritual.
3. Contexto cultural
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El mono (Ozomatli) corresponde al día 11 del tonalpohualli y se asocia con la música, la danza, el arte y la fertilidad.
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En el mundo acolhua, el uso de obsidiana tenía connotaciones sagradas, vinculadas a la noche, al fuego y a la fuerza telúrica.
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La combinación de forma y material refuerza el carácter dual de la pieza: vida y juego (mono), oscuridad y poder (obsidiana).
4. Función probable
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Recipiente ceremonial: utilizado en rituales relacionados con el calendario y la fertilidad.
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Objeto suntuario: su manufactura en obsidiana lo hace exclusivo, reservado a contextos de élite, posiblemente en palacios o templos de Texcoco.
5. Simbolismo
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Mono (Ozomatli): mediador de la música y el juego, asociado a la energía vital.
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Obsidiana: reflejo oscuro, espejo ritual y vínculo con Tezcatlipoca, el “espejo humeante”.
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La pieza encarna la filosofía acolhua del equilibrio, donde lo lúdico y lo sagrado convergen.
6. Historia de colección
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La vasija fue descrita por primera vez en 1882 en el Catálogo de las colecciones Histórica y Arqueológica del Museo.
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Llegó al Museo Nacional en la década de 1880, en un momento en que gran parte de las piezas halladas en Texcoco fueron clasificadas bajo la etiqueta “mexica”.
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Actualmente forma parte de la Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología, aunque su procedencia corresponde a Texcoco, reflejando la maestría de los talleres acolhuas.
7. Referencias bibliográficas
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Museo Nacional de Antropología (1882). Catálogo de las colecciones Histórica y Arqueológica del Museo. México.
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Pomar, J. B. (1582/1891). Relación de Texcoco. México: Joaquín García Icazbalceta.
-
Coronel Sánchez, G. (2005). La ciudad prehispánica de Texcoco a finales del Posclásico Tardío (Tesis de licenciatura). ENAH.
-
Miller, M., & Taube, K. (1993). An Illustrated Dictionary of the Gods and Symbols of Ancient Mexico and the Maya. London: Thames & Hudson.
Cabeza "guerrero águila" acolhua

1. Identificació
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Nombre: Cabeza de guerrero águila (fragmento escultórico)
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Cultura: Acolhua (Texcoco, Posclásico Tardío, ca. 1430–1521 d.C.)
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Material: Piedra volcánica (andesita)
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Técnica: Escultura monolítica tallada en bulto redondo, con pérdida de parte del cuerpo
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Dimensiones: [por registrar]
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Ubicación actual: Museo Nacional de Antropología, Ciudad de México (Sala Mexica, en exhibición junto a fragmentos de bajo relieve; pieza proveniente de Texcoco)
2. Descripción formal
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Fragmento escultórico que representa un rostro humano con tocado en forma de pico de águila.
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Se aprecian orejeras laterales y rasgos severos que aluden a un guerrero de élite.
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La pieza está incompleta, conservándose únicamente la cabeza y parte del tocado.
3. Contexto cultural
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Los guerreros águila (cuāuhtli) formaban parte de los órdenes militares más altos del mundo nahua, asociados al sol, la guerra florida y el sacrificio.
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En Texcoco, estos símbolos se vinculaban tanto al poder dinástico como al espíritu tolteca que Nezahualcóyotl impulsó en su programa de gobierno.
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La inscripción y el testimonio museográfico señalan como procedencia las inmediaciones del Cerrito de los Melones (Ahuehuetitlan), importante complejo ceremonial y palaciego de Texcoco.
4. Función probable
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Elemento escultórico que pudo formar parte de una escalinata, fachada o conjunto escultórico en honor a los guerreros solares.
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Posible decoración de un templo militar o de un espacio ritual vinculado al poder de la élite guerrera.
5. Simbolismo
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Águila (cuāuhtli): símbolo solar por excelencia, asociado al nacimiento del día y a la fuerza guerrera.
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Guerrero-águila: emblema de disciplina, prestigio y sacrificio, representando el ideal del noble guerrero acolhua.
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La fusión del rostro humano con el pico de ave refleja la transformación ritual en la cual el hombre adquiere atributos de lo sagrado.
6. Historia de colección
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El fragmento fue encontrado en las inmediaciones del Cerrito de los Melones (Texcoco), según consta en su inscripción museográfica.
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Trasladado al Museo Nacional de Antropología, donde se exhibe actualmente en la Sala Mexica, cerca de otro fragmento de bajo relieve.
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Al igual que otras piezas texcocanas, fue clasificada como “mexica” en la museografía del siglo XX, pese a su origen acolhua.
7. Referencias bibliográficas
-
Coronel Sánchez, G. (2005). La ciudad prehispánica de Texcoco a finales del Posclásico Tardío (Tesis de licenciatura). ENAH.
-
Pomar, J. B. (1582/1891). Relación de Texcoco. México: Joaquín García Icazbalceta.
-
Sahagún, B. de (1577/1982). Historia general de las cosas de la Nueva España. México: CONACULTA.
-
León-Portilla, M. (1980). La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes. UNAM.
Cabeza "Jaguar/Felino" acolhua

1. Identificación
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Nombre: Cabeza de jaguar (posible representación zoomorfa)
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Cultura: Acolhua (Texcoco, Posclásico Tardío, ca. 1430–1521 d.C.)
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Material: Piedra volcánica (andesita/tezontle, por confirmar)
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Técnica: Escultura monolítica tallada en alto relieve
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Dimensiones: [por registrar]
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Ubicación actual: Resguardada por un habitante de Texcoco, fuera de colecciones oficiales, lo que refleja tanto la falta de infraestructura local como el interés de la población por preservar su patrimonio.
2. Descripción formal
Escultura en piedra que representa una cabeza felina con rasgos estilizados:
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Hocico prominente y colmillos bien definidos.
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Ojos geométricos rectangulares en vista frontal.
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Nariz ancha y líneas curvas que enmarcan el rostro.
El tallado denota trabajo escultórico cuidado, posiblemente parte de un conjunto arquitectónico mayor.
3. Contexto cultural
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El jaguar (océlotl) fue uno de los animales de mayor carga simbólica en Mesoamérica, asociado al poder, la noche, la guerra y la fertilidad.
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La Relación de Texcoco de Juan Bautista Pomar menciona la existencia de la Casa de las Fieras, un zoológico palaciego donde Nezahualcóyotl mantenía jaguares, pumas, aves y serpientes como parte de su colección de fauna sagrada.
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Esta pieza podría haber decorado un edificio ceremonial o un espacio relacionado con dicho complejo, aunque no se cuenta con evidencia arqueológica directa.
4. Función probable
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Elemento decorativo o arquitectónico integrado en muros, escalinatas o accesos de edificios sagrados.
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Símbolo protector, evocando la fuerza y el carácter bélico del jaguar como guardián de recintos ceremoniales.
5. Simbolismo
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Jaguar: representación del poder nocturno, la guerra florida y la fuerza de la naturaleza.
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Expresión geométrica: refleja el estilo escultórico acolhua, caracterizado por la síntesis de formas naturales con elementos geométricos.
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Contexto ritual: posible alusión a los vínculos entre Texcoco, la naturaleza y el cosmos, donde los animales eran mediadores entre lo humano y lo divino.
6. Referencias bibliográficas
-
Pomar, J. B. (1582/1891). Relación de Texcoco. México: Joaquín García Icazbalceta.
-
Coronel Sánchez, G. (2005). La ciudad prehispánica de Texcoco a finales del Posclásico Tardío (Tesis de licenciatura). ENAH.
-
León-Portilla, M. (1980). La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes. México: UNAM.
-
Miller, M., & Taube, K. (1993). An Illustrated Dictionary of the Gods and Symbols of Ancient Mexico and the Maya. London: Thames & Hudson.
Mujer acolhua en cuclillas

1. Identificación
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Nombre: Escultura femenina en cuclillas
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Cultura: Acolhua (Texcoco, Posclásico Tardío, ca. 1430–1521 d.C.)
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Material: Piedra volcánica con restos de estuco
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Técnica: Escultura monolítica en bulto redondo, con recubrimiento de estuco pintado (fragmentario)
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Dimensiones: [por registrar]
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Ubicación actual: Resguardada por un habitante de Texcoco, fuera de colecciones oficiales, lo que refleja tanto la falta de infraestructura local como el interés de la población por preservar su patrimonio.
2. Descripción formal
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Representación de una mujer en posición de cuclillas, con brazos flexionados.
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El rostro y parte frontal presentan daños por fractura.
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En la parte trasera se observa un peinado elaborado, tallado en relieve.
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Conserva fragmentos de estuco original, lo que confirma que originalmente la pieza estuvo recubierta y pintada, probablemente con colores simbólicos.
3. Contexto cultural
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La representación femenina en escultura nahua estaba vinculada a la fertilidad, la maternidad y el linaje.
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La posición en cuclillas podía relacionarse con prácticas de parto, rituales de fertilidad o con la postura de devoción en contextos ceremoniales.
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El uso de estuco pintado coincide con otras esculturas acolhuas y mexicas, que originalmente tenían superficies policromadas, aunque hoy las vemos en piedra desnuda.
4. Función probable
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Escultura ritual o votiva asociada a templos o altares menores.
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Posible ofrenda de fertilidad o representación de una mujer noble o sacerdotisa dentro de un contexto ceremonial.
5. Simbolismo
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Mujer en cuclillas: metáfora de la vida, el nacimiento y la continuidad del linaje.
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Peinado elaborado: atributo de estatus, posiblemente asociado a mujeres de élite.
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Estuco pintado: evidencia de que el aspecto final era mucho más realista y colorido, reforzando su carácter sagrado.
6. Historia de colección
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Hallada en la zona del centro de Texcoco, aunque sin registro arqueológico formal.
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Actualmente permanece bajo resguardo particular en Texcoco, conservada por un habitante local ante la falta de un museo de sitio.
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Su valor radica tanto en su singularidad iconográfica como en la preservación de estuco original, lo cual abre una ventana a la estética acolhua.
7. Referencias bibliográficas
-
Pomar, J. B. (1582/1891). Relación de Texcoco. México: Joaquín García Icazbalceta.
-
Corona Núñez, J. (1964). Escultura en piedra del México antiguo. México: INAH.
-
Coronel Sánchez, G. (2005). La ciudad prehispánica de Texcoco a finales del Posclásico Tardío. ENAH.
-
Miller, M., & Taube, K. (1993). An Illustrated Dictionary of the Gods and Symbols of Ancient Mexico and the Maya. Londres: Thames & Hudson.
Cabeza acolhua "rojo Texcoco"

1. Identificación
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Nombre: Cabeza antropomorfa acolhua
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Cultura: Acolhua (Texcoco, Posclásico Tardío, 1350–1521 d.C.)
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Material: Cerámica con engobe rojo (“rojo Texcoco”) y aplicación de pigmento negro.
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Técnica: Modelado, alisado y engobe; detalles en negativo con pintura negra.
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Dimensiones: [por registrar]
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Ubicación actual: [Museo o colección donde se encuentra; se debe confirmar]
2. Descripción formal
Se trata de una cabeza hueca de cerámica que representa un rostro masculino de ojos cerrados, lóbulos perforados para orejeras y boca semiabierta.
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El engobe rojo Texcoco cubre la mayor parte del rostro y cuello.
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La zona inferior del rostro (barba y labios) está cubierta con pigmento negro, posiblemente aludiendo a pintura facial ritual.
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La superficie está bien pulida, generando un acabado brillante característico de las producciones de Texcoco.
3. Contexto cultural
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El rojo Texcoco se reconoce en la arqueología como un estilo cerámico distintivo de la región acolhua, usado en vasijas, ofrendas funerarias y esculturas rituales.
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El color rojo simbolizaba la vida, la fertilidad y el oriente (lugar del sol naciente), mientras que el negro estaba asociado a la noche, la guerra y Tezcatlipoca.
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La combinación rojo/negro puede expresar la dualidad fundamental (vida/muerte, día/noche), uno de los principios centrales en la filosofía nahua.
4. Función probable
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Objeto ritual o funerario.
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Por sus dimensiones y materialidad, no parece una vasija utilitaria sino una pieza simbólica.
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Podría haber sido depositada como ofrenda en contextos funerarios o ceremoniales dentro del recinto sagrado de Texcoco.
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Representación de dignatario.
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Los lóbulos perforados para orejeras y la pintura facial sugieren un estatus elevado, posiblemente de un noble o sacerdote.
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5. Simbolismo
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Rojo Texcoco: vida, fertilidad, prestigio dinástico.
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Negro: muerte, sacrificio, lo invisible (mundo de Tezcatlipoca).
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Rostro con ojos cerrados: evocación de trance, sueño o muerte ritual.
La pieza condensa la visión dual del mundo acolhua, donde la vida y la muerte eran dos fases inseparables del ciclo cósmico.
6. Referencias bibliográficas
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Coronel Sánchez, G. (2005). La ciudad prehispánica de Texcoco a finales del Posclásico Tardío (Tesis de licenciatura). ENAH.
-
Orozco y Berra, M. (1880). Historia antigua y de la conquista de México, Tomo V. México: Imprenta de J. M. Andrade y F. Escalante.
-
Sahagún, B. de (1577/1982). Historia general de las cosas de la Nueva España. México: CONACULTA.
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Lesbre, P. (2002). Los fuegos del palacio real de Tetzcoco (Mapa Quinatzin).
Chac-mool Texcocano

1. Identificación
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Nombre: Chac Mool de Texcoco
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Cultura: Acolhua (Texcoco, Posclásico Tardío, ca. 1430–1521 d.C.)
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Material: Diorita verde
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Técnica: Escultura monolítica en bulto redondo, tallada y pulida en roca de alta dureza
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Dimensiones: [por registrar]
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Ubicación actual: Museo Nacional de Antropología, Ciudad de México (Sala Mexica, pieza procedente de Texcoco)
2. Descripción formal
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Escultura fragmentada de un Chac Mool, figura reclinada característica de Mesoamérica.
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Se conserva el torso y parte de la cabeza con rasgos geométricos, así como detalles de la indumentaria.
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La piedra utilizada es diorita verde, de gran dureza, lo que resalta la maestría de los escultores texcocanos.
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Los detalles de la coraza, el faldellín y los ornamentos corporales sugieren un trabajo minucioso con valor ritual y estético.
3. Contexto cultural
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El Chac Mool es una escultura asociada a rituales de ofrenda, donde el recipiente colocado en el vientre del personaje servía para depositar corazones, copal, pulque u otras ofrendas sagradas.
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En el contexto acolhua, piezas de esta calidad demuestran el alto nivel artístico alcanzado en Texcoco, ciudad reconocida por sus talleres lapidarios y escultóricos.
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Su presencia en Texcoco evidencia que la tradición de los Chac Mool no fue exclusiva del área maya-tolteca, sino que también se integró en el culto del altiplano central.
4. Función probable
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Escultura de ofrenda en templos o altares mayores de Texcoco.
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Probable uso en ceremonias relacionadas con el culto solar y los sacrificios de guerra.
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Su material (diorita verde) refuerza su carácter suntuario y su relación con lo sagrado.
5. Simbolismo
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Figura reclinada: intermediario entre el mundo humano y lo divino, portador de ofrendas.
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Diorita verde: asociada a lo precioso (chalchiuitl), vinculada a la fertilidad, la vida y el poder.
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Chac Mool: emblema de poder político-religioso, reflejo de la capacidad de Texcoco para integrar símbolos mesoamericanos en su propio sistema ceremonial.
6. Historia de colección
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Hallado en Texcoco (lugar exacto no especificado), probablemente en un contexto ceremonial.
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Integrado a las colecciones del Museo Nacional de Antropología en la Sala Mexica.
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La inscripción museográfica lo reconoce explícitamente como obra de los artistas texcocanos, destacando la calidad escultórica del altiplano acolhua.
7. Referencias bibliográficas
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Museo Nacional de Antropología (cédula museográfica, Sala Mexica).
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Pomar, J. B. (1582/1891). Relación de Texcoco. México: Joaquín García Icazbalceta.
-
Corona Núñez, J. (1964). Escultura en piedra del México antiguo. México: INAH.
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Miller, M., & Taube, K. (1993). An Illustrated Dictionary of the Gods and Symbols of Ancient Mexico and the Maya. Londres: Thames & Hudson.
Vasija A

1. Identificación
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Nombre: Vasija de barro rojo (estilo Texcoco)
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Cultura: Acolhua (Texcoco, Posclásico Tardío, ca. 1430–1521 d.C.)
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Material: Barro con engobe rojo pulido y decoración pintada en negro
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Técnica: Modelado a mano y al torno lento; engobado y bruñido; decoración lineal incisa y pintada
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Dimensiones: [por registrar]
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Ubicación actual: Museo Nacional de Antropología, Ciudad de México (Sala Mexica, exhibida en el mismo aparador que la cabeza “rojo Texcoco”)
2. Descripción formal
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Vasija de cuerpo globular y cuello ligeramente abierto, con asa lateral para sujeción.
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Decorada con motivos curvilíneos y espirales en negro sobre fondo rojo brillante, característico del estilo Texcoco.
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La superficie está altamente pulida, reflejando la técnica refinada de los alfareros acolhuas.
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Estado de conservación muy bueno, sin fracturas visibles.
3. Contexto cultural
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El estilo rojo Texcoco fue característico de la producción alfarera local durante el Posclásico Tardío.
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Estas piezas se utilizaban tanto en la vida cotidiana (agua, cacao, pulque) como en contextos ceremoniales (ofrendas funerarias y rituales).
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Su hallazgo y exhibición en el Museo Nacional de Antropología subraya la importancia de la tradición cerámica texcocana, que complementa el prestigio escultórico de la ciudad.
4. Función probable
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Uso utilitario-ritual: recipiente para líquidos (agua, cacao, bebidas ceremoniales).
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Ofrenda funeraria o de templo: dada la calidad del acabado, pudo haber sido depositada como objeto ritual.
5. Simbolismo
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Color rojo: asociado a la vida, la fertilidad, la sangre y el oriente solar.
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Motivos espirales y curvilíneos: evocan el movimiento del agua, el viento o el tiempo cíclico.
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Combinación rojo/negro: refleja la dualidad cósmica de vida y muerte, día y noche, central en la cosmovisión nahua.
6. Historia de colección
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Procedente de Texcoco, sin registro de contexto específico de hallazgo.
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Actualmente exhibida en el Museo Nacional de Antropología, Sala Mexica, junto a otras piezas en estilo rojo Texcoco.
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Al igual que otras piezas texcocanas, fue integrada en la categoría “mexica” dentro de la museografía del siglo XX, aunque su procedencia pertenece al ámbito acolhua.
7. Referencias bibliográficas
-
Museo Nacional de Antropología (catálogo de exhibición, Sala Mexica).
-
Coronel Sánchez, G. (2005). La ciudad prehispánica de Texcoco a finales del Posclásico Tardío. ENAH.
-
Pomar, J. B. (1582/1891). Relación de Texcoco. México: Joaquín García Icazbalceta.
-
Orozco y Berra, M. (1880). Historia antigua y de la conquista de México, Tomo V. México: Imprenta de J. M. Andrade y F. Escalante.
Vasija B

1. Identificación
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Nombre: Jarra de barro rojo (estilo Texcoco)
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Cultura: Acolhua (Texcoco, Posclásico Tardío, ca. 1430–1521 d.C.)
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Material: Barro con engobe rojo pulido y decoración en negro
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Técnica: Modelado, engobe, bruñido y decoración pintada con motivos geométricos y curvilíneos
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Dimensiones: [por registrar]
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Ubicación actual: Museo Nacional de Antropología, Ciudad de México (Sala Mexica, aparador conjunto con la cabeza “rojo Texcoco” y otras vasijas del mismo estilo)
2. Descripción formal
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Jarra de cuerpo globular con cuello alargado y asa lateral.
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El pico vertedor es estrecho y alargado, diseñado para verter líquidos con precisión.
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Decorada con motivos geométricos y espirales pintados en negro sobre fondo rojo brillante, patrón característico del estilo Texcoco.
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El acabado bruñido resalta el contraste cromático y da una superficie lustrosa.
3. Contexto cultural
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Parte del corpus cerámico conocido como “rojo Texcoco”, un estilo regional reconocido por su calidad estética y su simbolismo ritual.
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Estas piezas pudieron servir tanto en la vida cotidiana de la élite (cacao, pulque, agua) como en ceremonias religiosas y funerarias.
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El hallazgo de varias piezas juntas refuerza la idea de que formaban parte de un conjunto ceremonial o utilitario de prestigio.
4. Función probable
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Recipiente para líquidos, probablemente cacao, agua o bebidas fermentadas de uso ritual.
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Dada la fineza de la técnica y su conservación, es posible que se tratara de un objeto suntuario utilizado en contextos palaciegos o ceremoniales.
5. Simbolismo
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Color rojo: fertilidad, sangre, energía solar.
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Motivos curvilíneos y geométricos: evocación del movimiento del agua, el viento y los ciclos del tiempo.
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Combinación rojo/negro: metáfora de la dualidad cósmica (día/noche, vida/muerte).
6. Historia de colección
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Procedente de Texcoco, aunque sin registro arqueológico preciso de hallazgo.
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Actualmente se exhibe en el Museo Nacional de Antropología (Sala Mexica), junto a otras piezas en estilo rojo Texcoco.
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Al igual que el resto de este corpus, fue catalogada como mexica, pese a su origen texcocano.
7. Referencias bibliográficas
-
Museo Nacional de Antropología (catálogo de exhibición, Sala Mexica).
-
Coronel Sánchez, G. (2005). La ciudad prehispánica de Texcoco a finales del Posclásico Tardío. ENAH.
-
Pomar, J. B. (1582/1891). Relación de Texcoco. México: Joaquín García Icazbalceta.
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Orozco y Berra, M. (1880). Historia antigua y de la conquista de México, Tomo V. México: Imprenta de J. M. Andrade y F. Escalante.
Vasija C

1. Identificación
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Nombre: Jarra de barro rojo con decoración incisa (estilo Texcoco)
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Cultura: Acolhua (Texcoco, Posclásico Tardío, ca. 1430–1521 d.C.)
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Material: Barro con engobe rojo bruñido
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Técnica: Modelado, engobe pulido, decoración incisa en motivos florales y geométricos
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Dimensiones: [por registrar]
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Ubicación actual: Museo Nacional de Antropología, Ciudad de México (Sala Mexica, vitrina con piezas del estilo rojo Texcoco)
2. Descripción formal
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Jarra de cuerpo globular y cuello alargado con asa lateral.
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Pico vertedor estilizado, más anguloso que en otras piezas del mismo conjunto.
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Decoración incisa en el cuerpo: motivos circulares con flores solares y líneas ondulantes que rodean la panza de la vasija.
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La superficie presenta un engobe rojo bruñido de gran brillo, característico del estilo Texcoco.
3. Contexto cultural
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Forma parte de la tradición cerámica conocida como “rojo Texcoco”, destacada en la cuenca oriental del valle de México.
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Su decoración floral remite a símbolos de fertilidad, vida y cosmos, en sintonía con el carácter poético y naturalista de la tradición acolhua.
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Estas jarras pudieron tener un uso tanto ritual (ofrendas, libaciones) como suntuario (banquetes, consumo de cacao o pulque en contextos palaciegos).
4. Función probable
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Recipiente para líquidos (cacao, pulque, agua ceremonial).
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Por la delicadeza de la decoración y el acabado, probablemente tuvo uso suntuario o ritual más que utilitario.
5. Simbolismo
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Flores solares incisas: evocación del sol, el tiempo y la fertilidad, elementos centrales en la cosmovisión nahua.
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Color rojo: fuerza vital, sangre y energía solar.
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Forma esbelta y bruñido intenso: signos de prestigio y refinamiento de la élite texcocana.
6. Historia de colección
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Procedente de Texcoco (hallazgo sin contexto arqueológico preciso).
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Actualmente exhibida en el Museo Nacional de Antropología, Sala Mexica, junto a otras piezas del mismo corpus.
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Como en otros casos, fue integrada en la categoría museográfica “mexica”, aunque corresponde a la tradición acolhua.
7. Referencias bibliográficas
-
Museo Nacional de Antropología (catálogo de exhibición, Sala Mexica).
-
Coronel Sánchez, G. (2005). La ciudad prehispánica de Texcoco a finales del Posclásico Tardío. ENAH.
-
Pomar, J. B. (1582/1891). Relación de Texcoco. México: Joaquín García Icazbalceta.
-
López Austin, A. (1994). Tamoanchan y Tlalocan: lugares míticos de origen. México: FCE.
Vasija B

1. Identificación
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Nombre: Escultura de serpiente enrollada
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Cultura: Acolhua (Texcoco, Posclásico Tardío, ca. 1430–1521 d.C.)
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Material: Piedra volcánica (probablemente andesita)
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Técnica: Escultura monolítica tallada en bulto redondo
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Dimensiones: [por registrar]
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Ubicación actual: Museo Nacional de Antropología, Ciudad de México (Sala Mexica, vitrina junto a piezas del estilo “rojo Texcoco”)
2. Descripción formal
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Escultura que representa una serpiente enroscada en espiral, con la cabeza erguida hacia arriba.
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La cabeza muestra detalles de la mandíbula abierta, colmillos visibles y ojos circulares.
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El cuerpo está representado en tres anillos concéntricos, lo que sugiere movimiento y fuerza contenida.
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La posición vertical transmite imponencia, como si emergiera o acechara.
3. Contexto cultural
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La serpiente (coatl) fue uno de los símbolos más potentes del mundo mesoamericano.
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En la tradición nahua-texcocana, la serpiente representaba fertilidad, agua, renovación cíclica y poder telúrico.
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Asociada a deidades como Quetzalcóatl (serpiente emplumada), pero también a aspectos ctónicos y terrenales, como la serpiente de fuego (Xiuhcóatl) o las serpientes acuáticas vinculadas a Tláloc.
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En contextos ceremoniales, estas esculturas pudieron marcar espacios de culto, altares o fuentes rituales.
4. Función probable
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Escultura ritual colocada en un templo o espacio sagrado de Texcoco, vinculada a ceremonias agrícolas o de agua.
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Elemento protector o marcador simbólico dentro de un recinto ceremonial.
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Posible vínculo con fuentes o canales de agua en jardines sagrados como los del Tezcotzinco o Ahuehuetitlan.
5. Simbolismo
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Serpiente enrollada: representa la energía contenida, el ciclo del tiempo y la fuerza de la tierra.
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Cabeza erguida: símbolo de vigilancia y poder divino.
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Cuerpo circular: evocación del eterno retorno y la regeneración.
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En el contexto acolhua, puede relacionarse con el agua y la fertilidad agrícola, ejes fundamentales de la identidad texcocana.
6. Historia de colección
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Procedente de Texcoco (contexto específico desconocido).
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Actualmente en el Museo Nacional de Antropología, Sala Mexica, compartiendo vitrina con piezas del estilo rojo Texcoco.
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Ejemplo de cómo el simbolismo acolhua se integró en la museografía general bajo la categoría “mexica”, aunque corresponde a la tradición de Texcoco.
7. Referencias bibliográficas
-
Museo Nacional de Antropología (catálogo de exhibición, Sala Mexica).
-
Pomar, J. B. (1582/1891). Relación de Texcoco. México: Joaquín García Icazbalceta.
-
Coronel Sánchez, G. (2005). La ciudad prehispánica de Texcoco a finales del Posclásico Tardío. ENAH.
-
López Austin, A. (1994). Tamoanchan y Tlalocan: lugares míticos de origen. México: FCE.
-
Miller, M., & Taube, K. (1993). An Illustrated Dictionary of the Gods and Symbols of Ancient Mexico and the Maya. Londres: Thames & Hudson.
Fotografías de Piezas en mediateca INAH

Referencia fotográfica:
Mediateca INAH, ID: fotografía 393937
Descripción técnica:
Conjunto de piezas de cerámica atribuidas al área de Texcoco, posiblemente braseros trípodes o incensarios. Se observan recipientes de base ancha y soportes que sugieren estabilidad para contener fuego o incienso. El acabado es burdo, propio de objetos de uso ritual más que ornamental.
Tipología y función:
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Braseros (apantlecaxitl / tlecuaztli): grandes vasijas utilizadas para mantener fuego, quemar copal o realizar rituales asociados al poder político y religioso.
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Su representación aparece en el Mapa Quinatzin, donde se colocan dos braseros en el patio central del palacio real de Texcoco.
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Sahagún menciona el uso de estos objetos en ceremonias como el Fuego Nuevo.
Procedencia y contexto histórico:
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Probable origen en contextos ceremoniales o palaciegos de Texcoco (Templo Mayor o Palacio de Nezahualcóyotl/Nezahualpilli).
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Es posible que formaran parte de los bienes mencionados en los documentos del Cacicazgo de Texcoco (1545–1855), donde se registran propiedades y objetos vinculados a la nobleza acolhua.
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Estas piezas pudieron dispersarse en colecciones privadas o institucionales a lo largo del siglo XIX, cuando se desmantelaron varios depósitos arqueológicos en la región.
Paralelos y comparaciones:
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Representaciones similares en códices como el Mapa Quinatzin (c. 1542), donde los braseros aparecen asociados al poder real.
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Coinciden con los hallazgos registrados en rescates arqueológicos en Texcoco reportados por Gustavo Coronel Sánchez.
Uso simbólico:
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Los braseros eran depositarios del fuego sagrado, relacionado con Huehuetéotl (dios del fuego antiguo) y con las ceremonias de renovación del tiempo.
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Simbolizaban la legitimidad del poder acolhua, pues el fuego que ardía en los palacios estaba asociado a la continuidad dinástica.
Estado actual:
El paradero actual de estas piezas es incierto; no se encuentran inventariadas en colecciones públicas conocidas. La fotografía del INAH constituye hasta ahora el único registro accesible.
Bibliografía
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Lesbre, P. (2002). Los fuegos del Palacio real de Tetzcoco (Mapa Quinatzin): ¿una alusión a la realeza sagrada?.
-
Horcasitas, F. (1985). Documentos del Cacicazgo de Tetzcoco (1545–1855).
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Coronel Sánchez, G. (2005). La Ciudad Prehispánica de Texcoco a Finales del Posclásico Tardío. ENAH.
-
Sahagún, B. Historia General de las Cosas de Nueva España (Códice Florentino, Libro VII).